domingo, 30 de agosto de 2009

Bomberazo

Esta palabra es un mexicanismo muy ilustrativo que describe una situación con la que nos enfrentamos seguido algunos profesionistas. He aquí la definición de Jesús Flores y Escalante en su fascinante Morralla del caló mexicano:

Bomberazo. m. aum. pop. Aumentativo de bombero. // Como los bomberos realizan sus actividades a toda prisa y con gran acierto, así se denomina hoy día a todo trabajo que es solicitado en el instante y que muchos jefes piden aduciendo: "Es para ayer".

Estrictamente hablando, los bomberazos se dan en un contexto laboral oficinesco y no en el del freelanceo. Es decir, el bomberazo es aquel trabajo urgente que se le pide a una persona a sueldo y sujeta a un horario, por el cual seguramente tendrá que quedarse a trabajar horas extras.

Estrictamente hablando, los freelancers no tenemos bomberazos porque todos los trabajos que recibimos son bomberazos. Mis colegas traductores (o los diseñadores, programadores, publicistas y demás profesionistas independientes) coincidirán conmigo en que los bomberazos son el pan nuestro de cada día. Las traducciones, por ejemplo, siempre son "para ayer". Pero, eso sí, la calidad debe ser siempre la misma, sin importar cuánto tiempo tenga uno para hacerla. Igual que los bomberos: tenemos que ser eficientes en apagar el fuego y hacerlo con la mayor rapidez posible.

¿Qué sucede en otros países de habla hispana? ¿Tienen alguna expresión parecida?

jueves, 13 de agosto de 2009

S + 7

El lunes dejé un acertijo literario en este blog: un “poema” extraño, sin autor y sin mayor explicación. Gracias al título de la entrada, los lectores asumieron que había que adivinar algo aunque no sabían exactamente qué. Marichuy descubrió, en parte, lo que había que adivinar: "quién escribió el texto, de qué obra se trata o deriva". Como posteriormente lo dije en los comentarios, no era todo lo que había que adivinar pero por ahí se podía empezar. Yo sabía que si alguien conocía el poema del cual derivaba podría reconocerlo. Y así fue. Aurore Dupin dijo que le recordaba al poema de Octavio Paz “Las palabras”.

Dales la vuelta,
cógelas del rabo (chillen, putas),
azótalas,
dales azúcar en la boca a las rejegas,
ínflalas, globos, pínchalas,
sórbeles sangre y tuétanos,
sécalas,
cápalas,
písalas, gallo galante,
tuérceles el gaznate, cocinero,
desplúmalas,
destrípalas, toro,
buey, arrástralas,
hazlas, poeta,
haz que se traguen todas sus palabras.

En efecto, se trataba de este maravilloso poema de Paz, pero deformado: ¡había sufrido un atentado oulipiano!

El Oulipo es un grupo de escritores y matemáticos, principalmente franceses, que desde 1960 crean obras literarias mediante lo que ellos llaman técnicas de “escritura limitada”. Oulipo es un acrónimo de “Ouvroir de littérature potentielle” (que se traduce como “taller de literatura potencial”). La literatura potencial es una literatura bajo restricción. De acuerdo con la definición de Raymond Queneau, uno de los padres fundadores del grupo, el autor oulipiano es “una rata que construye ella misma el laberinto del cual se propone salir”. Un laberinto de letras, palabras, sonidos, frases, párrafos, capítulos, libros, bibliotecas, formas, etc.

La misión de los oulipianos es desarrollar la Lipo (literatura potencial). Para ello se inventan restricciones, algunas antiguas y otras nuevas, algunas más sencillas y otras más complicadas. La idea es concebir creaciones poéticas o narrativas novedosas mediante esas fórmulas que parecen una especie de transferencia entre la literatura y las matemáticas.

Una de esas técnicas de restricción es el método S + 7, que es el que utilicé en el poema de Paz. Es un método sencillo, pero laborioso: se trata de reemplazar cada sustantivo (S) de un texto dado por el séptimo (S+7) que se halla después de éste en un diccionario dado. Para los que no leyeron la entrada anterior, el poema de Paz quedó así:


Dales el vulgacho,
cógelos del rábula (chillen, puteros),
azótalos,
dales azuda en el bocací a los rejones,
ínflalos, glorificaciones, pínchalos,
sórbeles sanguaza y tuición
sécalos,
cápalos,
písalos, galocha galante,
tuérceles la gazuza, cocobacteria,
desplúmalos,
destrípalos, torpedad
bufido, arrástralos,
hazlos, poíno,
haz que se traguen todos sus palabristas.

Es un ejercicio de sana irreverencia: según los oulipianos, es mejor aplicarlo en los grandes clásicos a los que el método irrita. En mi caso, no elegí un texto clásico porque habría sido reconocible mucho más rápido y al ser un acertijo quería algo de suspenso (vean por ejemplo lo reconocible que es esta frase: “En una luición de la Mancilla, de cuya nominación no quiero acordarme, no ha mucha tierra que vivía un hidrargiro de los de lanzallamas en astricción, adecenamiento antiguo, rocker flaco y galicano corredor”). Así que estuve buscando poemas y ejercitando con varios, hasta que finalmente elegí el de Paz porque me pareció que quedaba muy gracioso y además que el mismo poema me “estaba dando permiso” de jugar con él.

Para llevar a cabo este método, hay algunas recomendaciones:

* Cuando el sustantivo cambia de género, se recomienda efectuar los ajustes gramaticales necesarios. Como pueden ver, yo ajusté los verbos porque el sustantivo que está implícito es “palabras” cuyo S+7 es “palabristas”.

* El diccionario se considera un objeto circular. Es decir que en el Diccionario de María Moliner, que es el que usé para el ejercicio, el S+7 de “zuzón” es “abacero”.

* Si el sustantivo no se encuentra en el diccionario, se elige el primero que se encuentre tras el lugar donde debería hallarse. Así, por ejemplo, yo no encontré “rejegos” (que no es un sustantivo, sino un adjetivo con función de sustantivo) en el María Moliner. (Es obvio que no apareciera pues se trata de un mexicanismo –para quienes no lo sepan, significa algo así como “renuente” o “indomable”). Así, elegí “rejera” como sustantivo base y a partir de ahí conté 7. (Ahora me pregunto si no debí haber elegido más bien un adjetivo y usarlo como sustantivo... pero ya es algo tarde para eso).

El método S+7 puede tener variaciones. Se puede optar por V+7 (verbo + 7) o A+7 (adjetivo + 7) o, naturalmente, SAV + 7 (sustantivo-adjetivo-verbo). Así, por ejemplo, si se le aplica la técnica SAV+7 al mismo poema de Paz, quedaría así:


Débeles el vulgacho,
cohesiónalos del rábula (chirigoteen, puteros),
azúzalos,
débeles azuda en el bocací a los rejones,
infravalóralos, glorificaciones, pintipáralos,
sorriégales sanguaza y tuición
secularízalos,
capólalos,
pízcalos, galocha galante,
torpedéales la gazuza, cocobacteria,
despolvoréalos,
destrózalos, torpedad
bufido, arrécialos,
hállalos, poíno,
halla que se tramitan todos sus palabristas.

Otro derivado es el método llamado “eclipse”, que consiste en un S+7 en el que se prescinde de un texto preexistente. Es decir, se crea un texto completamente original en dos unidades de las que la segunda es el S+7 de la primera (o la primera es el S-7 de la segunda):

Los gritos de los aficionados de fútbol se oían hasta la habitación de una servidora, en tal grado que tuvo que ponerse tapones en los oídos.

Los gromos de las afiliaciones de futre se oían hasta la habituación de una serviola, en tal grado que tuvo que ponerse tapsias en los ojaladores.

Otro derivado es el método de Caradec (llamado así por su creador, el oulipiano François Caradec). Se trata de una cadena de S+7 a lo largo de la cual se recorre un diccionario de 7 en 7 sustantivos. Ejemplo:

El recuerdo de Jean Queval (extractos)

Llovía.

Vi entrar a Jean Queval
en un cabriolé con la rojez del baño,
en el cabro con la rolla del baptizo,
en el caburé con la romana del baqueteo,
en el cacahuate con la romancista del baracaldés,
en el cacareo con la romanística del barandal,
en el cacaxtlero con la romería del barajador,
en el cachaco con la rompecorazones del baratón,

Llevaba, todavía lo veo,
en el tentáculo una vacuna,
en el tentempié una vadera,
en el teobroma una vagación,
en el teólogo una vaginitis,
en el teósofo una vagueación,
en el tepozán una vaharada,
en el teratoma una vainica.
Estaba vacía. (...)

[François Caradec. Traducción y adaptación de Strika]

Por último, en algún lugar leí que incluso se puede cambiar el instrumento auxiliar. Es decir, se pueden usar diccionarios más pintorescos, léxicos especializados o, por ejemplo, en vez de un diccionario se puede usar otro libro: la Biblia, el Corán, la Crítica de la Razón Pura, etc., en cuyo caso se elige el séptimo sustantivo del texto, después el 14, luego el 21, el 28, el 35, etc. ¿Alguien se anima?

lunes, 10 de agosto de 2009

Acertijo literario

Dales el vulgacho,
cógelos del rábula (chillen, puteros),
azótalos,
dales azuda en el bocací a los rejones,
ínflalos, glorificaciones, pínchalos,
sórbeles sanguaza y tuición
sécalos,
cápalos,
písalos, galocha galante,
tuérceles la gazuza, cocobacteria,
desplúmalos,
destrípalos, torpedad
bufido, arrástralos,
hazlos, poíno,
haz que se traguen todos sus palabristas.